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Nueva Zelanda: pionera en regulación de alternativas

Este país ha sido ejemplo para muchos por sus políticas de prevención del consumo de cigarros

Desde mediados del siglo pasado, Nueva Zelanda ha mantenido el propósito de reducir la tasa de consumo de cigarro en su población y para ello ha generado una serie de acciones, apoyadas en evidencia científica, que le permitan ubicarse dentro de los países pioneros en este tipo de políticas.

En la primera década del 2000, el país experimentó un estancamiento en el descenso de las tasas de consumo de cigarro, lo que demostraba que las medidas tomadas hasta el momento no eran adecuadas para continuar con el ritmo de prevención.

Esta urgencia tuvo como resultado la implementación de estrategias que tenían como propósito que para el año 2025, menos del 5% de los neozelandeses fueran fumadores. Para conseguirlo, se plantearon tres acciones principales:

  • Proteger a los menores de edad de la publicidad de tabaco
  • Reducir la oferta de cigarros
  • Brindar apoyo a los consumidores para dejar de fumar

Este último punto tiene como pilar fundamental el aprovechamiento de las ventajas que ofrece el uso de las alternativas libres de humo, como opción para minimizar el daño que las sustancias nocivas del cigarro causan sobre los fumadores.

La regulación de las alternativas libres de humo está basada en el principio de que los fumadores adultos tengan acceso a estas alternativas y que de esa manera se consiga una reducción del riesgo de daño, al lograr que estas personas dejen de fumar cigarro y comiencen a usar alternativas como vapeadores o cigarros electrónicos.

Una de las claves de la legislación es alejar a los fumadores de los productos combustibles, como el cigarro tradicional, y brindar información con respaldo científico a los fumadores para que conozcan las alternativas libres de humo y puedan saber por qué son alternativas menos dañinas. Para tal fin se ha creado el portal Vaping Facts, de libre acceso, en el que se expone la información necesaria sobre por qué adoptar las alternativas.

De esta manera, apostándole a las alternativas libres de humo como opciones para los fumadores, Nueva Zelanda está muy cerca de conseguir la meta planteada para el año 2025.

Las alternativas para poblaciones el riesgo

Un ejemplo de cómo el gobierno neozelandés utiliza las alternativas libres de humo como estrategia para disminuir el consumo del cigarro es incentivar su uso en poblaciones vulnerables que registran un alto consumo, como las poblaciones indígenas.

Según datos recolectados hace más de diez años por los organismos gubernamentales de Nueva Zelanda, 5 de cada 10 personas que pertenecen a grupos de indígenas maoríes fumaban a diario. Para 2018, esta cifra había descendido a 3 de cada 10, es decir al 30%. Si bien es una reducción significativa, las enfermedades asociadas al consumo del tabaco eran una constante en integrantes de esas comunidades.

Sumado a las consecuencias en la salud provocadas por el consumo de cigarro, el alto precio de este producto en Nueva Zelanda empobrecía aún más a los consumidores maoríes que, pese a los impuestos, continuaban comprando cigarros. Frente a esto, el gobierno ideó una política orientada a la reducción de daños: entregar de manera gratuita cigarros electrónicos a los indígenas que eran consumidores habituales de cigarros tradicionales, así se pueden llegar a prevenir problemas de salud y se mejora la calidad de vida de las familias maoríes.

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