El país asiático registró una disminución del consumo de cigarro de 21.8% en 2008, a 16.7% en 2019

A finales de 2013 fue presentada en Japón la primera marca de alternativas sin humo, de allí en adelante son varias las opciones de este tipo de productos que están disponibles para los fumadores adultos residentes en el país. El efecto fue casi inmediato. Para 2015, el consumo del cigarro tradicional empezó a bajar al punto que entre ese año y 2019 las ventas totales de cigarros convencionales cayeron 34%, mientras que las ventas de las alternativas aumentaron de 5.1 billones de unidades a 37.1 millones para el mismo periodo.

¿Cómo lo lograron?

Japón es uno de los países en los que existe una regulación gubernamental sobre la venta y consumo de las alternativas libres de humo. Esta iniciativa fue impulsada por el Estado, apoyada en los estudios que revelan que algunos de este tipo de dispositivos no queman el tabaco sino que lo calientan, mientras que otros, como los vaporizadores,  usan sustancias que generan vapor, de modo que crean un aerosol que contiene nicotina, pero que tiene un porcentaje muy bajo de sustancia nocivas en comparación con el humo del cigarro.

Pensando en la disminución de las tasas de consumo de cigarro en el país, se pusieron a disposición de los fumadores las alternativas libres de humo con el propósito de que se convirtieran en una opción para aquellos que buscaran opciones diferentes al cigarro.

El hecho de que estos productos estén disponibles para los adultos fumadores ha tenido un impacto mínimo en las cifras de fumadores nuevos  o reincidentes. Tan solo el 0.5% de los consumidores de tabaco habrían iniciado su consumo a través de HTP (Heated Tobacco Products) y menos de 0.1% habrían usado estos productos para reiniciar su consumo.

Experiencias como la de Japón o Reino Unido, pueden ser tomadas como casos de éxito por otros países para ver la importancia de la regulación de las alternativas libres de humo como parte de las políticas de sanidad.