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Según datos de COFEPRIS, en México existen más de 5 millones de personas que utilizan o han utilizado algún producto sin humo, como vapeadores, cigarros electrónicos o calentadores de tabaco. Esto a pesar de que existe una prohibición desde 2020. Este tipo de prohibiciones, más que inhibir la incidencia de fumadores, lo que ha generado es el crecimiento de un mercado negro en el que menores de edad encuentran un acceso fácil a estos productos, y en el que predominan productos sin control sanitario.
México tiene la gran oportunidad de actualizar su regulación y reemplazarla por una regulación moderna que se enfoque en la reducción del daño como parte de la política pública. Una regulación clara puede prevenir el acceso de los menores de edad a productos sin humo; y a la vez garantizar a los fumadores adultos acceso a productos con estándares tecnológicos y un adecuado control sanitario.
La Organización Mundial de la Salud estima que, en 2025 todavía habrá mil millones de fumadores de cigarros en el mundo a pesar de las políticas prohibicionistas que se han impulsado, por lo que prohibir los productos sin humo representa una oportunidad perdida para la salud pública y un perjuicio para los 15 millones de fumadores en México.